PERSONAL

SOBRE MÍ

 

Cuando era niño y la noche caía sobre nuestra morada, sonaba la hora de las fantásticas historias de los demonios con poncho y pata de gallo, de los aparecidos con luces en el pecho, de las vacas sin patas que mataban con la mirada, de los pishtacos que atesoraban grasa humana. En esos tiempos sin radio ni televisión, sin Internet ni teléfonos móviles, nos acurrucábamos entonces temerosos y, buscando la luz de la luna, nos estremecíamos con el rumor de los árboles meciéndose en el viento. Era el poder de la palabra.

Hoy, ya lejanos los años de la infancia, quiero dejar a mi  vez en este mundo mis palabras, con la esperanza de que alguien las oiga y busque la luna con la mirada y escuche las hojas de los árboles, meciéndonse hoy como ayer en el viento y en el tiempo.

Lima entre el Océano Pacífico y los Andes
Lima entre el Océano Pacífico y los Andes

LIMA, CAPITAL DEL PERÚ, MI CIUDAD

 

"Lima, la horrible" tituló Sebastián Salazar Bondy su célebre ensayo en el que cuestionó todos los mitos en torno a la mal llamada "Ciudad jardín", en donde los "limeños mazamorreros" o "limeños de pura cepa" discriminaban a los probladores venidos de los Andes. Hoy, Lima ya no es limeña, Lima es andina y representa poco a poco, sino a todas, por lo menos a muchas de las nacionalidades del país. 

Con su cielo eternamente gris, sus noches acariciadas por las olas del Pacífico, sus calles llenas de anticucheras, sus muchachas de pícara sonrisa, Lima sigue siendo mi Lima horrible y añorada. Ya no es la ciudad que se pretendía "española" y que vibraba con la música criolla, sino es una ciudad andina más, con marineras, huaylas y yaravíes.

 

Un blog sobre Lima: Lima es linda. 

El antiguo y actual local en la Av. Alfonso Ugarte
El antiguo y actual local en la Av. Alfonso Ugarte

PRIMER COLEGIO NACIONAL "NUESTRA SEÑORA DE GUADALUPE"

 

El titular de un periódico de la época decía "Guadalupe...donde entran niños y salen hombres". ¡Cuán cierto! Llegué a este célebre colegio, fundado en 1840, gracias a las brillantes notas obtenidas durante toda la educación primaria, ya que por entonces sólo los mejores estudiantes del Perú accedían a este plantel, que tenía hasta una sección de internado para los alumnos provenientes de provincias, a los que los capitalinos llamábamos cariñosamente "quesos".

En este colegio conocí a chicos de todos los rincones del Perú, aquí organizamos una huelga de matemáticas ante un profesor especialmente malo, me embelesé con las clases de música de un anónimo y heroico profesor que traía su tocadiscos a clase para hacernos escuchar Smetana y Saint Saëns, recibí mis primeras clases de marxismo de un profesor que había estado en China, aprendí todo lo que quería saber sobre el sexo y que, cuando se es adolescente, no hay nada más hermoso sobre la Tierra que las chicas y sus miradas entornadas. 

Teníamos una asignatura llamada Instrucción Pre-Militar que era más importante que las demás. Pasamos cinco años aprendiendo de memoria himnos, símbolos patrios, saludos y maniobras militares. El "paso de ganso" prusiano no era nada comparado con nuestro "paso guadalupano" y, después de innumerables lecciones de táctica y estrategia militar, con sus correspondientes ejercicios de lucha cuerpo a cuerpo, rampar y tiro con el Máuser Original Peruano, hubiésemos sido capaces de asesinar al primer español o chileno que se hubiese atravesado por nuestro camino.

...Yo hubiese preferido aprender a tocar violín...

La vieja Casona de San Marcos
La vieja Casona de San Marcos

LA UNIVERSIDAD NACIONAL MAYOR DE SAN MARCOS

 

Por entonces ya estaba pleno de los ideales que siempre me han acompañado. Leía vorazmente a José Ingenieros, González Prada, Vallejo, Mariátegui, José María Arguedas, Dostoiewsky, Victor Hugo e ingresé, en plena dictadura militar, a la Facultad de Ciencias Sociales de San Marcos, que era un hervidero de rebeldes con quienes me identifiqué inmediatamente. Las clases de materialismo dialéctico del profesor Raimundo Prado se alternaban con las de Geografía de don Javier Pulgar Vidal, con las protestas universitarias en las calles de Lima contra el Decreto Ley 17437 (jamás olvidé este número) y mi participación en el grupo de teatro de la FUSM con Eduardo Navarro Ibáñez. A los 17 años fui detenido en la Av. Kennedy y, después de días de ser trasladado de comisaría en comisaría, terminé con mis huesos en Seguridad del Estado. Posteriormente sería delegado de mi año y llegaría a terminar 3 años de Sociología, aprendiendo mucho de la actividad política concreta, antes de abandonar los estudios para ponerme a trabajar como peón en construcción civil. Compañeros de esa época estudiantil terminaron presos en la cárcel de San Juan de Lurigancho, menos uno que fue murió abaleado por miembros de la PIP, otros desaparecieron, la mayoría se integró en algún momento a la "lucha parlamentaria", algunos murieron en la "guerra sucia" y alguno sigue aún en las trincheras de entonces.

La plaza Jussieu con los edificios de la Université de Paris VII
La plaza Jussieu con los edificios de la Université de Paris VII

UNIVERSITÉ DE PARIS VII

 

Europa, Francia, París...todo era muy diferente. Si bien no tenía permiso de residencia en Francia, pude matricularme en la Université de Paris VII para estudiar Historia. Previamente había pasado varios meses trabajando de sol a sol en la vendimia, cortando uvas en la Provenza, en un lugar que tenía el sorprendente nombre de "Condom", y, en donde aprendí mis primeras palabras francesas -vaca, nube, lluvia, uva, tractor, canasta- para ahorrar algo de dinero y poder pagarme algunos meses de francés en la "Alliançe Française".

Después de la gran revuelta estudiantil de Mayo 68, los catedráticos izquierdistas -docentes comunistas como Jean Chesneaux, Daniel Hémery, Pierre Boudarel- abandonaron la conservadora Sorbona para formar un Departamento de Historia y Geografía en Jussieu, dando un carácter absolutamente innovador y progresista a los estudios, con cursos sobre la historia de los marginados sociales, historia de la locura o de la guerra que me fascinaron completamente. Por otro lado, sin embargo, el estudiantado no era un movimiento solidario y politizado como el que yo había conocido en San Marcos, sino una masa amorfa de individualistas abocados tan sólo a hacer brillantes carreras académicas, para obtener puestos, sueldos y reconocimiento social.

Me pagué los estudios trabajando como camarero en algunas de las innumerables pizzerias italianas de París. Influenciado por la fábula americana del lavaplatos que llega a ser millonario, busqué un trabajo como lavaplatos. Como aún no hablaba francés, aprendí de memoria a decir "Je voudrais travailler comme plongeur" que mi inexperta lengua convertía en algo así como "Yo budré trabayé como plonyé". El dueño del primer restaurante en donde entré, una pizzeria, enterado de que era peruano, me dijo lacónicamente. "Lavar platos es trabajo de árabes. Tú serás camarero". Me compré, pues, en la Samaritaine mi uniforme con pantalón negro, saco blanco y corbatita "michi" ("papillon") y comencé mi particular metamorfosis. Me bautizaron como Giovanni y aprendí a llevar montañas de pizzas en un brazo, a diferenciar un Barolo de un Chianti, a comer escalopes crudas con sal y vinegreta, y a comer caracoles y Gorgonzola. Después de un tiempo ya sabía hablar italiano a gritos moviendo las manos y hasta me animaba a entonar "O sole mio".  Fui adoptado plenamente por la colonia italiana parisina y, a pesar de las muchas malas noches pasadas jugando cartas o dados con los personajes más estrámboticos salidos de Nápoles o Sicilia, logré terminar mis estudios universitarios obteniendo mi Licenciatura y mi Maestría de Historia.

UNIVERSITÄT HAMBURG

 

En la Universität Hamburg aprendí el idioma alemán, comencé a hacer un Doctorado en Historia y fui profesor de español en el Instituto de Lenguas Extranjeras. Luego me trasladaría a la Facultad de Ciencias Políticas, aunque poco después abandonaría los estudios para dedicarme a la defensa de los Derechos Humanos en el Perú, pisoteados por entonces por Sendero Luminoso y por el Estado peruano. Esto significó no solamente mi abandono de la carrera académica, sino también una injusta acusación de terrorismo, con una orden de búsqueda y captura, que me impidió viajar al Perú durante más de 12 años. En esta ciudad me casé y en esta ciudad nació mi hijo, por lo que la llevo muy cerca de mí.